Es de suma importancia asumir desde el primer día que hay que supervisar a las franquicias, no tanto por un factor fiscalizador si no por acompañarles y formarles en el día a día de la gestión de su franquicia.
1. Auditorías regulares: Realizar auditorías periódicas para revisar el cumplimiento de los estándares de la franquicia. Estas auditorías pueden ser anunciadas o sorpresivas para obtener una visión realista del funcionamiento diario. Y lo puedes hacer tú directamente o alguien de tu equipo o contratar algún servicio de mystery shoper.
2. Visitas in situ: Visitar las ubicaciones de las franquicias para observar directamente las operaciones, interactuar con el personal y los clientes, y obtener feedback en tiempo real.
3. Revisión de reportes y KPI: Monitorear los informes de desempeño y los indicadores clave de rendimiento (KPI) para evaluar el éxito de cada franquicia y detectar tendencias preocupantes.
4. Capacitación y desarrollo continuo: Ofrecer programas de capacitación continua para actualizar y mejorar las habilidades de los franquiciados y sus equipos. En dichas capacitaciones podrás interactuar con los asistentes y en un ambiente fuera del ámbito propio de la franquicia podras detectar situaciones a mejorar.
5. Soporte y comunicación constante: Mantener una comunicación abierta y constante con los franquiciados, proporcionando apoyo y asesoramiento en todas las áreas del negocio.
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